La conducción bajo les efectos de bebidas alcohólicas está tipificado como delito cuando la tasa de alcohol en aire espirado es superior a 0,60 miligramos por litro o con una tasa de alcohol en sangre superior a 1,2 gramos por litro o, aún sin superar estas cifras, la conducción del vehículo bajo los síntomas de la ingesta de bebidas alcohólicas. En estos casos, es importante contar con un abogado penalista especializado en alcoholemias desde el inicio para poder impugnar las pruebas realizadas -siempre que sea posible y necesario-.
También es delito la conducción bajo el efecto de sustancias estupefacientes, la conducción sin permiso o licencia,la conducción temeraria o la negativa a realizar las pruebas de alcoholemia.